Exministro aboga por la seguridad jurídica para apuntalar el clima de negocios

La seguridad jurídica y la capacitación de la mano de obra juvenil son los pilares sobre los que debe trabajar Paraguay para apuntalar el buen clima de negocios que vive el país, dijo a Efe el exministro de Industria y Comercio Guillermo Caballero.

Asunción, 18 nov (EFE).- La seguridad jurídica y la capacitación de la mano de obra juvenil son los pilares sobre los que debe trabajar Paraguay para apuntalar el buen clima de negocios que vive el país, dijo a Efe el exministro de Industria y Comercio Guillermo Caballero.

"Mirando el Paraguay desde sus indicadores macroeconómicos, es un país perfecto para invertir, pero tenemos estas complicaciones que no se pueden subestimar", señaló Caballero, quien esta semana recibió el premio a la mejor trayectoria empresarial, otorgado por la Cámara Española de Comercio.

El propietario de Manufactura del Pilar, líder textil en Paraguay, opinó que el país posee "un pésimo poder judicial" que equiparó al de Brasil y Argentina, y que, según el empresario, genera una incertidumbre "que no es muy convincente a la hora de invertir".

"Esto no es Chile y esto no es Uruguay. Nos queda el consuelo de que no somos peores que Brasil o Argentina en materia de seguridad jurídica en cuanto a cumplimiento de contratos, que son temas centrales para los inversores", explicó.

"Ahí es donde tenemos que hacer un gran esfuerzo de saneamiento, en el cuerpo de la Justicia", añadió Caballero, quien en las elecciones de 1993 se presentó como candidato a la Presidencia desde el Movimiento Encuentro Nacional.

El otro factor que, según el empresario, lastra el óptimo panorama de negocios es la poca capacitación de su mano de obra, en especial la que se incorpora al mercado de trabajo.

"El déficit de capacitación, de educación que conoce nuestro país tampoco es un aliciente para las inversiones. Ahí es también donde hay que hacer un enorme esfuerzo para superar esa incapacidad colectiva de ofrecer un mayor nivel educativo a quienes quieren invertir en industrias que generen empleos de calidad", dijo.

Subrayó que en esas condiciones no aporta ninguna ventaja el bono demográfico de Paraguay, con el 56 % de la población menor de 30 años.

"Lo del bono demográfico sería un factor positivo a considerar si nuestras juventudes estuvieran debidamente educadas y capacitadas de manera a integrarlas al mundo del trabajo y con ello potenciar el crecimiento general de la economía. Pero hoy ese no es el caso", añadió.

Sin embargo, destacó las previsiones económicas de Paraguay, que según el Banco Central será este año de 4,2 %, lo que para Caballero es el resultado de una política económica adoptada por anteriores Gobiernos y que ahora mismo se ha convertido en "previsible".

"Hay que decir que los últimos 15 o 14 años se ha aplicado una coherente macroeconomía que han respetado los sucesivos ministros de Hacienda, como así también políticas monetarias desde el Banco Central, que se expresa en una inflación completamente controlada, una relación cambiaria para con las monedas fuertes y de la región razonablemente equilibradas", precisó.

"Esto evidentemente ha generado un excelente clima de negocios en Paraguay", recalcó.

Además, hizo hincapié en el auge del consumo en el país y la "enorme simplicidad en materia de pago de los impuestos" como otras coordenadas para entender la dinámica de ese panorama.

"La evasión en Paraguay solamente se justifica por una cuestión de vicio personal, porque no tiene ninguna lógica que se estén evadiendo impuestos que son fáciles de pagar y, por otro lado, porcentualmente bajos", dijo.

El empresario valoró el trabajo del actual Gobierno en la inversión en infraestructuras públicas, una de las asignaturas pendientes del país suramericano, destacando que ha duplicado a la de administraciones anteriores.

Alertó, no obstante, que esas inversiones en ocasiones son frenadas por una mala gerencia gubernamental y por una burocracia que, a su juicio, ha afectado a la ejecución de la ley de Alianza Público-Privada, que faculta a las empresas privadas a participar en la gestión de bienes y servicios públicos.

"Hay que reconocer que tenemos una limitación en materia de gerencia de inversiones públicas. Es una limitación colectiva, afecta también al sector privado. Hace falta mayor gerenciamiento para triplicar la oferta pública", dijo Caballero.